Hoy en día encontramos un amplio campo de trabajo para la Psicología en el ámbito de la salud, la educación y la familia. Ya desde antes del nacimiento la Psicología Perinatal acompaña a la mamá embarazada, así como a toda la familia, en ese nuevo rol lleno de cambios vitales que es la maternidad/paternidad. La depresión post-parto, la crianza y el apego o los estados ansiosos en el embarazo son algunos de los aspectos a tratar con bastante frecuencia.

Más adelante nos encontramos con la estimulación temprana de los más pequeños desde las primeras semanas de vida y a lo largo de sus primeros años (0 a 3 años). Los retrasos madurativos, en el habla o en la motricidad, son básicos de detectar de una manera temprana y así poder intervenir de una manera más eficaz. La Psicomotricidad, la Terapia Ocupacional Infantil o la Logopedia (mediante la estimulación del lenguaje) cobran una vital importancia en esta etapa.

Ya en la educación infantil (3 a 6 años) nos encontramos con el inicio de la escolarización: la socialización con sus iguales (los compañeros), el mantener la atención en el aula y sus primeros retos académicos (la pre-lectura, el cálculo…) son relevantes en el desarrollo afectivo e intelectual del niño. En este punto, la Psicopedagogía aparece como apoyo en aquellos niños con más dificultades en los aprendizajes y nos ayudamos de la Psicología Infantil si el peque de la casa todavía moja la cama (enuresis) o para el manejo de aquellas conductas más complicadas que se den tanto en casa como en el colegio. En ocasiones lo que aparecen son problemas en el habla (la famosa “lengua de trapo”) como las dificultades que algunos niños tienen para pronunciar determinados fonemas (el sonido r fuerte) o cuando, por ejemplo, el dentista nos dice “es necesario corregir el posicionamiento lingual” (en casos de ortodoncia). Estos son aspectos que se trabajaran desde la Logopedia y la Terapia Miofuncional

Durante el resto de educación obligatoria (de 6 a 16 años) especialidades como la Neuropsicología Infantil (clave en la detección de la Dislexia o el Trastorno por Déficit de Atención -TDAH por ejemplo), la Psicopedagogía (para diseñar técnicas de estudio específicas o para la intervención en dificultades de aprendizaje) o la Psicología Clínica (para el entrenamiento en habilidades sociales, la modificación de conducta, los trastornos de alimentación o la intervención específica en autismos…) son de especial relevancia. ¡La adolescencia está aquí!

Ya metidos de lleno en la edad adulta (+18 años) una psicología más orientada hacia la Terapia Familiar o la Psicoterapia, donde tratar trastornos como la depresión, la ansiedad, el estrés, las fobias o la terapia de pareja nos abre paso hacia la siguiente etapa, la 3ª edad. Aquí la Gerontopsicología y la Neuropsicología de adultos nos guían hacia un envejecimiento “mental y afectivamente saludable” y, en aquellos casos donde encontremos un proceso de deterioro o de demencia, nos permitirán trabajar la estimulación cognitiva a través de, por ejemplo, los talleres de memoria o los programas de estimulación cognitiva.

Psicología, una especialidad para cada edad. Un profesional para cada especialidad.